El diecinueve de mayo de este año vinieron al mundo los cinco cachorros que conforman la cuarta camada que ha pasado ya por nuestro hogar. Sus padres son; Brilly Aretusa y S* Kringlans Savarin. Ya han pasado cinco semanas. Estos últimos días han aumentado su actividad y corretean a un ritmo desenfrenado por toda la casa. Yo no me canso de repetirles eso de: “La potencia sin control no sirve de nada”, pero no me prestan mucha atención y siguen derrapando por todos lados. Desprenden una vitalidad asombrosa que atrae las miradas de los adultos. Apenas hace cuatro días empezaron a usar la baby-caja de arena sanitaria, aunque todavía no les queda muy claro que es sólo para deposiciones y no para jugar y/o dormir dentro de ella.
Fue también a finales de la semana pasada, cuando algunos de los cachorros comenzaron a degustar sus primeros granos de pienso. En estas dos fotografías podemos adivinar las primeras impresiones que el pienso ha causado en los cachorros. A primera vista parece que la leche de mamá ha encontrado un serio competidor.
Durante este fin de semana han comenzado a recibir sus primeras clases de escalada deportiva, en el rocódromo que ha sido especialmente adaptado a sus necesidades. Aquí tenemos a tres jóvenes promesas que darán que hablar en este noble deporte.
En estas dos imágenes vemos como una de las jóvenes promesas ya es toda una profesional de la escalada y hace una serie de estiramientos antes de aventurarse hacia la reunión en estilo libre.
Por último, en este día, he de destacar el increíble comportamiento que están teniendo con los cachorros tanto su padre y hermano mayor (Ian), como su tita Galadriel. Todo lo contrario que el resto de los habitantes felinos de esta casa que ya han hecho gala de sus primeros bufidos.
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